Justicia comunitaria en Bolivia
Cuando era niña, pasaba mis vacaciones escolares en Chañurani, un valle desconocido, sin agua ni electricidad en las faldas del Illimani, cerca de Cohoni (Río Abajo). Cohoni era "el pueblo" y aunque tampoco había ni agua ni "luz", la escuela y la iglesia estaban abiertas más tiempo que en Chañurani, donde la iglesia habría sus puertas una sola vez al año y el calendario escolar era un misterio. Cohoni tuvo su hora de gloria cuando un avión de la compañía americana eastern se perdió en la montaña nevada, después permaneció en el catalogo de los pueblos olvidados.
Mi tía Fily me llevaba a tomar el camión en el mercado Rodríguez a las cuatro de la mañana. Ella era profesora jubilada del magisterio y su edad también era un misterio, creo que siempre la conocí vieja. A los nueve años ya era tan curiosa como ahora y solía esconderme debajo de la cama cada vez que la ocasión se presentaba. Una vez entraron a la habitación el Julico y su esposa. La mujer contó en aymara que su marido la había pegado. El murmuro algo parecido al concentimiento. Mi tía agarró el "kimsacharani" (chicote) y le propinó tres latigazos al marido golpeador. La pareja se fue iluminando su camino con un farol.
Esta mañana, un amigo me envió un reportaje de Reza Nourmamode transmitido en France Culture y me trajo a la memoria la escena de mi infancia. El tema es evidentemente complejo y merece más tiempo y refllexión, por ahora France Culture pone el dedo en la llaga abordando el tema de la justicia comunitaria en Bolivia.
Un tema de actualidad pues "desde la semana pasada se discute una ley en el parlamento para ‘institucionalizar’ esta justicia milenaria; al mismo tiempo, los linchamientos en barrios populares y en zonas rurales han crecido enormemente en los últimos años y algunos acusan al gobierno de haber alentado indirectamente esos asesinatos perpetrados en grupo y legitimando la justicia comunitaria” (France Culture)
Se puede consultar el reportaje en el enlace siguiente: