Micro clima boliviano en Cancún

Se acuerdan de lo que dicen los medios de comunicación franceses de Evo Morales desde 2005? Los ejemplos son innumerables, Evo fue descrito como un mini caudillo, sometido a Hugo Chávez, un vasallo de Caracas, el discípulo, alumno del dictador Chávez; los calificativos no faltaron para explicar a los lectores de medios como Le Monde, Le Figaro o, Libération, que Evo y Bolivia repiten la voz de su “mentor”, el malicioso Chávez.

Y luego vino Cancún y la misma prensa no pudo evitar hablar de Bolivia: el pequeño país con grandes ideas para salvar al planeta. Le Figaro se lanzó un titular digno de antología: “Clima: Morales quiere evitar un genocidio” (tomado de AFP el 9/12/2010), mientras que para Le Monde “Bolivia radicaliza la negociación climática” (artículo de Grégoire Allix y Hervé Kempf, 11/12/2010), Libération: “Algunas horas de negociación para evitar un naufragio”.

Cuando era estudiante en México allá por los años 90, Acapulco era la playa más accesible para nosotros, cuando el dinero no nos alcanzaba nos íbamos a playa paraíso; Cancún vino después y nunca llegó para nosotros. Era la playa para turistas ricos, el fantasma de la luna de miel en hotel de cinco estrellas…cuando calienta el sol allá en la playa…luego vino Cancún 2010. Después de una conclusión a mínima, sin obligación ni sanciones previstas, 193 países realizaron declaraciones líricas (Libération 12/12/2010). La Ministra de Venezuela entonó “un momento clave en la historia de la humanidad”. Y Bolivia, por intermedio de su representante ante naciones unidas dijo NO: “«Somos los representantes de un pequeño país pero un país que tiene principios, que no vende su soberanía, que habla por los pueblos del mundo, y no estamos de acuerdo con esta decisión.» Qué pasó? Nos habían mentido? El pequeño país piensa, tiene una opinión propia, quiere defender al planeta sin dar su brazo a torcer. En una palabra: es un país soberano, que defiende su opinión, su punto de vista, y que inclusive está a la vanguardia de la ecología mundial.

Venezuela, país amigo de Bolivia, se dejó atrapar por la fuerza centrífuga del tibio consenso. Sus razones tendrá, pero en lo que concierne a Bolivia,  Chapeau!